Hay que empezar con lo del título: felicitando al Campeón, que se lo merece largamente. Los chicos de Comu y sus amigos de Júpiter dieron por finalizada hoy la Copa “Héctor Pastrián”, y el triunfo quedó en manos de los pibes de Ciudad Evita. Vamos a contar algo de lo que pasó hoy en las siete entradas de La Gran Final, y a recordar los momentos más relevantes del partido.
Hoy Facundo contó casi con el mismo plantel de la semana pasada, salvo que Sofía no fue de la partida porque está de viaje, y se sumó Tadeo en su lugar. Hasta Luciano Chamorro, que se está recuperando de una dolencia que lo tuvo un par de fechas sin jugar estuvo apoyando a sus compañeros. La formación del arranque fue con Luis de cátcher, Pancho de pitcher, Mercedes en 1ª, Dalmiro en 2ª, Lucas como SS, Luciano Domenichelli en 3ª y Tadeo, Alejo y Alejito en el outfield. En el dugout, nuestro nuevo jugador Owen O’Conell, que apenas lleva con éste tres partidos en el grupo y ya es de la familia.
En el line up de Júpiter, un montón de caras conocidas. Habíamos dicho hace unos días que ellos tienen muchos jugadores, y muy buenos. Hoy se vio claramente. Toda la formación titular (Agustín Figueras, Thomás Sancho, Lucas Muñoz, Martín Gorriarán, Lautaro Gambetta, Luca Palazzo, Joan Poggi, Gabriel Gross y Adrián Gilbiset) estuvo en Córdoba en septiembre, y algunos de los relevos (Marco Camino, Gastón Lampret, Felipe Britos, Mauro Ojeda y Javier González) también. Y un detalle que no es menor, y que supongo tiene mucho que ver con el protagonismo de Júpiter en todas las categorías de la LMB: además de los chicos que jugaron, había un enjambre de pibitos dando vueltas, con bates, pelotas y ganas de emular a sus hermanos mayores. Ahí hay que mirar cuando piensen en cómo hacer crecer el béisbol...
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Pancho lanza, Mercedes atenta. |
Muchos padres y madres, un clima ideal, mate y patys a la parrilla, y arrancó la 1ª entrada. Vale la pena poner los detalles de este primer inning, porque fue determinante para el resultado final.
En la parte alta, Comu no pudo anotar. Lucas Muñoz lo mandó a Luisito a la primera base con un pelotazo, y después Lucas se embasó también (en una jugada que era flyout, pero el umpire cobró “interferencia” del receptor... esto se repitió más tarde pero en nuestra contra...). Ahí Mercedes conectó una bola que fue rebotando, y que, interceptada por el SS Palazzo, se cobró el primer out porque lo tocó a Luis a medio camino entre 2ª y 3ª. Luego, un flyout y tres strikes se cargarían a Dalmiro y a Pancho. Y a defender...
Pancho salió al montículo, y parecía que empezábamos bien. Figueras conectó, pero lo sacaron en 1ª con la característica seguridad de Mercedes en ese puesto. A continuación, Thomas y Muñoz empalmaron sendos dobles que le dieron a los locales la primer rayita de la tarde. Acá empezamos a sudar... El siguiente bateador avanza por bolas, otro es ponchado, ya hay dos outs. Y viene al plato Luca Palazzo (“jugador distinto”, me dijo Facundo hace meses). El costado táctico del béisbol y la fortuna (buena o mala, según de qué lado se la mire) hacen su presentación. Luca, temible jonronero, camina a primera, mientras protestan sus compañeros en el banco.
Bases llenas, pero con un contendiente menos peligroso al bate. ¿O no?
Porque Joan Poggi, con 2 strikes ya en su cuenta, mete un fierrazo al center que no se pudo controlar, y el grand slam, esa jugada rara que a nuestros chicos les salió dos veces la semana pasada, esta vez se nos dio en contra. 5 a 0 y gran festejo de los pibes de casaca roja. Empezaba otro partido...
En la 2ª entrada, hay que resaltar el gran homerun de Luciano Domenichelli por el left, que nos insufló un poco de ánimo e hizo crecer la esperanza de emparejar rápido. Pero, enseguida, Muñoz despachó a nuestros tres bateadores uno tras otro y nos bajó la expectativa. Ellos no sumaron, gracias a la precisión de las combinaciones de tercera y primera bases.
En el 3er inning, un palo de Luis al fondo tiene la mala suerte de ir directo al guante del center rival. Luego, salidas rápidas en la primera. Relevamos al pitcher, Dalmiro asumió la responsabilidad y Facundo movió sus piezas, pero la parte baja de esta entrada se nos fue con las cuatro carreras de rigor que obligan al cambio. Un 9 a 1 complicado, pero faltaba bastante...
En la siguiente nuestros peloteritos descuentan a 9-3, y Dalmiro, desde el montículo, controla a los rivales sin darles chance de inquietar.
Las dos entradas siguientes vieron a un Luca Palazzo superlativo en su rol de pitcher, neutralizando por completo los bravos esfuerzos de los chicos de Comu por acercarse en el score. Pero, por nuestra parte, Lucas Stalman y Alejo de receptor no fueron menos, y también mantuvieron el control de las cosas. Pero se acercaba el final, inexorablemente.
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Víctor López y los chicos de Júpiter ya preparaban el festejo. |
En la parte alta del capítulo final, había que meter seis carreras para seguir en juego. Después de un primer ponche, Owen y Alejito se embasan aprovechando los lanzamientos defectuosos (y mostrando una vez más un tremendo control del bate, los nervios y la ansiedad... nada de abanicar al cuete, bien por ellos que son novatos aún). Acá llegó un lujo de Lucas, que hace un toque “de grandes ligas” y llega a todo vapor a la primera... pero el umpire le canta out, mal. La verdad es que con un tanteador más parejo, ese fallo seguramente hubiese armado revuelo. Pero no era el caso. Al turno de Meche, la “dama de hierro” mete un gran doble, y hace entrar a los dos compañeros que estaban en las bases. Jugando ya al límite, la sacan tratando de llegar a tercera y es el final del encuentro. 9 a 5, y recuerden ese hit de Joan en el primero...
Luego, los festejos de los Campeones, la desazón de los nuestros, que ya estará pasando, y la entrega de la Copa por parte de Guadalupe a los justos ganadores.
Felicitaciones, una vez más, a Víctor, Sheila y todos sus chicos, y a la gente de Júpiter, que hace las cosas bien y se nota.
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Con la Copa en alto. |
Para terminar este post un poco largo, un abrazo a Facu y a todos los chicos de Comu, que tantas alegrías nos dieron este año. Hablar de una efectividad del 88% vale, pero es frío, como lo son a veces los números. Lo más importante son las terribles alegrías, las emociones, y todos los momentos en que nos hicieron gritar y (con perdón...) cagarnos de risa al costado de las canchas. Todos los padres de Comu que los venimos apoyando, les debemos muchos buenos momentos y los vamos a seguir alentando en los próximos compromisos. ¡Salud, Campeones!
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Un terrible equipo de béisbol, de pie. |