Es evidente que más allá de haberse divertido, jugar béisbol y pasar un fin de semana entre amigos, el hecho de que los chicos se vuelvan de Córdoba con dos primeros puestos y un segundo, entre tres certámenes organizados, es todo un avance y un logro.
Hace un año, en las mismas circunstancias, ni el equipo A ni el B eran competencia para Salta ni Córdoba, sean éstas A o B. Perdíamos sin atenuantes.
Más acá en el tiempo, en abril de este año, en Ezeiza, la formación más competitiva de la Metro llegaba a la final con Salta, y era derrotada, no por mucho, pero ya estábamos un poco más cerca. Esta vez hubo un cambio de modalidad: que los equipos A y B no se enfrenten entre sí para no generar scores tan abultados, y pasaron cosas interesantes que dan para pensar (aclaro que, si por mi fuera, los haría jugar a todos contra todos, pero esto es mi opinión personal, al vuelo, sin mucho análisis ni conocimientos específicos). Por el lado de la Metro Roja, parecería que no tuvieron oposición en sus pares provinciales. Jugaron cinco, ganaron cinco, y aparentemente sin sufrir mucho. La Metro Gris, el equipo más fuerte, no pudo con Salta en ninguno de los dos partidos de la fase regular, pero tuvo su épica revancha en la final, ganado por una carrera. Rompió el molde, cambió la historia y logró imponerse a los salteños, que desde que yo estoy viendo estos juegos, eran imposibles de vencer.
Espero que la gente del béisbol y de la LMB, más capacitada y metida en esto que yo, se tome el tiempo de pensar en estos cambios, buscar las causas y fomentar y apuntalar esta evolución. Estos pibes y los que juegan en cada categoría infantil y preinfantil en los clubes son el futuro del béisbol metropolitano.
¡Felicitaciones a todos, jugadores, managers, padres y dirigentes! ¡Vamos la Metro Infantil!
No hay comentarios:
Publicar un comentario