A disfrutar los partidos del sábado, dije en el último post... ¡No sabía que los iba a disfrutar tanto!! Tal vez, la tarde de béisbol en que más me divertí. Los chicos completaron el torneo con dos juegos casi perfectos, contra Daom, en su cancha. Ocho entradas, en total, en las que no faltó nada: hubo hits, homeruns, grand slams (¡¡¡dos!!!), atrapadas de fly en el outfield y en el diamante, secuencias de pitcheo perfectas, doble play, en fin, qué puedo decir. Apenas un sólo error de campo en toda la tarde. Todo dicho.
Son chicos, obvio, pero dentro de su contexto, juegan con la garra y la destreza de los grandes. Hoy, estos pibes nos llenaron de alegría, con su juego y sus (nuestros) festejos, y de orgullo por cómo encararon una jornada que los obligaba, mal que nos pese, a soportar cierta presión. Perder un partido hubiese significado la coronación automática de Júpiter como campeón, y el tener que resignarse a la segunda colocación. Y no se trataba solamente de ganar, sino de hacerlo con el mayor marcador posible, para mantener viva la posibilidad de un desempate con los amigos de Ciudad Evita. Aunque la diferencia exacta no parece saberla nadie, la consigna era sumar veintipico de rayitas a la cuenta para estar a tiro. Tratar de meter las cuatro carreras de rigor por entrada, y defenderlas después en el campo. Decirlo es una cosa, hacerlo... bastante más complicado. Pero lo hicieron bastante bien, fue 14-2 en el primero, y 12-1 en el segundo. ¡Qué tal! Ahora se abre la posibilidad de una gran final con Júpiter, que sin dudas va a ser una fiesta para todos. Los dos equipos se lo merecen, ambos ya son ganadores. Pero de eso me ocuparé en los próximos días. Hoy, a contar la gran faena de Comu Infantil en su mejor momento.
Un poco de todo lo que pasóArrancamos con Dalmiro en el montículo, Luis de receptor, Mercedes, Francisco y Luciano en las bases con Lucas de shortstop, y Sofía, Gustavo y Alejo en el outfield. Teníamos recambios con Alejito y Owen, y todos los peloteros fueron rotando y jugando a medida que pasaban las entradas. Todos los chicos tuvieron una gran tarde, pero impresionante lo de Lucas y Dalmiro. Estos dos están cada día más afilados.
El primer grand slam
En el primer inning se notaron, tal vez, los nervios, y entramos al segundo con modesto score de 1 a 1, que había que quebrar para hacer crecer la ilusión. Y fue Dalmiro, que como abridor había mantenido a raya a los bateadores contrarios incluso con las bases llenas (ponchó a dos en esa situación), el que destrabó las acciones y encarriló el espíritu de todo su equipo en la senda ganadora. Alejo había anotado un 2 a 1 parcial gracias a un doble de Luis, y Dalmirito, cuándo no, con las bases llenas y dos outs, mandó la pelota contra la pared del fondo, sumando de a cuatro por primera vez en el día. Abajo, la secuencia de la jugada, tomada por su propia madre, que hoy ofició de fotógrafa oficial del blog (¡Gracias, gracias, Marisa!)

Después, Lucas pitcheando sacó a tres por strikeout al hilo, y aunque los lanzadores de Daom iban cambiando, no podían impedir que las carreras de Comu se sumaran. En el cuarto parcial, un palo de Lucas remolcó las tres últimas para poner el 14-2 final, que Mercedes consolidó cerrando sin permitir anotaciones contrarias.
Arranque del segundo juego, con otro homerun
Con otro cuadrangular de Dalmiro, que esta vez remolcó a Luis y a Luciano con él, empezamos la segunda mitad de la jornada. Las cuatro carreras reglamentarias obligaron el primer cambio. Y ahora fue Alejo el que se ocupó de maniatar a los "aluminios" rivales. El campo rotó en otras posiciones, y cada hit alto terminó en flyouts en los guantes de Francisco, Luciano, Lucas o Dalmiro. Control absoluto de la situación. Y encima se escuchaban los gritos de "¡Vamos, que hay que hacer 12!" que se mandaban entre ellos. Confianza pura adentro del campo, y la hinchada, muerta de risa y disfrutando como locos. Un palazo de Alejo terminó por impulsar las cuatro vueltas al diamante, y cambio otra vez.

Y otro cuadrangular con bases llenas!!!
Acá hubo suerte, pero también sangre fría y control del bate en jugadores todavía novatos, aunque no parezca. Uno golpeado, y dos bases por bola sucesivas cargaron las almohadillas de corredores. Con Owen, Alejito Carrera y Luisito embasados, Lucas no quiso ser menos que Dalmiro y la reventó hacia el fondo. Tan tranquilo que entró caminando al home, una banda negra y amarilla casi se lo lleva en andas. Tercera entrada perfecta.

Ya estaba puesto el 12 a 1 con el que iba a terminar todo, pero hubo tiempo para algunas jugaditas más, de esas que nos dejan roncos. Un doble play magnífico entre la 2ª y la 1º bases, flyouts varios, con revolcones incluidos... sólo les faltó meter alguna carrera más en la última parte. Pero para esto ya iban como cuatro horas y pico de sol y béisbol, y hasta estos monstruitos tienen su límite. ¡Gracias, chicos, por la tarde de hoy!
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La charla del final. ¡Buen trabajo! |
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